La oscuridad también se rinde si hay almas encendidas, dispuestas a juntar sus pedazos y seguir, tan porfiadas que son capaces de no morir hasta que llegue la mañana. Y entonces, sí, detener el sol.
A la vuelta del más tremendo de los dolores, del hachazo que no corta la carne sino que destaza el alma, puede venir un turbión de lágrimas, otro distinto, con otra dimensión de emociones huracanadas. La lucha no es una batalla, una en la vida; la lucha es toda la vida. Estela de Carlotto es un símbolo inmenso de un profundo dolor argentino, y ahora lo es también de la fecundidad de la lucha de Abuelas por rescatar a sus nietos del limbo.
Contenido extraido de: http://ift.tt/1oaQgBf
No hay comentarios.:
Publicar un comentario