El presidente que surja de las urnas en Brasil tendrá que lidiar con una Cámara Baja ampliamente renovada.
En ella, los principales partidos perderán espacio, por lo que hasta Dilma Rousseff, favorita a ser reelegida, necesitará negociar una nueva mayoría, dicen los analistas.
Los partidos medianos y pequeños ganarán espacio en el próximo Legislativo a costa de las grandes formaciones, que elegirán un número menor de parlamentarios pero mantendrán su influencia, según las proyecciones del Departamento Intersindical de Asesoría Parlamentaria (Diap).
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