Mundo Irán y las potencias aún deben negociar de qué forma concretarán lo que acordaron en Suiza. Bocinazos, bailes en medio de la calle, gritos de alegría. En Teherán se celebraba como si el país hubiera ganado la final del Mundial de fútbol. Incluso el equipo negociador fue recibido con una ovación, como verdaderos campeones. Pero lo que festejaban los iraníes no era una proeza deportiva, sino la firma de un acuerdo nuclear que podría acabar con 12 años de tensiones con Occidente y pondría fin a las sanciones económicas y diplomáticas que asfixian al país. Sin embargo, la firma definitiva no está puesta.
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