Sucesos A Jeremías lo mató una bala de una pistola 9 milímetros, el arma que utilizan las fuerzas de seguridad. Pero que hoy corre por los barrios de Córdoba en manos de jóvenes cada vez más chicos. A Jeremías lo mató una bala de una pistola 9 milímetros, el arma que utilizan las fuerzas de seguridad. Pero que hoy corre por los barrios de Córdoba en manos de jóvenes cada vez más chicos. El proyectil entró por su espalda y salió por un brazo atravesando su pequeño cuerpo, sin darle ninguna posibilidad de vivir. “Papi, no puedo respirar”, fue lo último que le dijo su hijo a Alejandro Gómez, antes de cerrar los ojos para siempre.
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