Mientras la comunidad judía celebra el Año Nuevo y en el hemisferio sur comienza la estación de la primavera, que en la experiencia de los apóstoles coincidía con Pentecostés, los cristianos celebramos con diversos nombres, en estas semanas, la obra de Dios en la Madre de Jesús, mujer dócil al espíritu que nos estimula de múltiples formas a redescubrir la primacía del amor. Pero entendido este con una densidad peculiar.
Pedro Torres*
El Espíritu Santo que se manifestó en la primavera de Pentecostés nos introduce en la dinámica de la caridad.
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