El gobernador José Manuel de la Sota buscó caerles bien a los industriales prometiéndoles una baja de impuestos si es presidente. Pero lo que hay que explicar es cómo se va a bajar el gasto.
Le damos la vuelta al sapo una y otra vez, a ver si encontramos cómo no hincarle el diente. Pero no hay caso. En el fondo, políticos, economistas, empresarios, saben que hay un desmadre fiscal que necesitará ajuste.
El kirchnerismo gobernante ha sido tan hegemónico como costoso. Una máquina de quemar dinero.
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