Política El Gobierno y el PJ son los más afectados por la muerte del fiscal Nisman. Pero el descreimiento social alcanza a toda la dirigencia y eso hizo cambiar la estrategia de los candidatos presidenciales. La conmoción por la muerte del fiscal federal Alberto Nisman –envuelta en un manto de dudas, luego de casi una semana– ya generó un daño difícil de reparar: la credibilidad en la dirigencia política. Es cierto que el tema le pega de lleno al Gobierno nacional y al peronismo, el partido oficialista. Pero la conmoción y el estado de descreimiento social se extienden como una mancha de aceite a toda la dirigencia. El sistema democrático se basa en la confianza que la sociedad deposita en sus gobernantes, que surgen de elecciones libres y democráticas.
Contenido extraido de: http://ift.tt/1CyBABt
No hay comentarios.:
Publicar un comentario