Las monedas no valen nada y, en algunos casos, cuesta más el insumo para hacerlas que el valor de cambio que tienen.
Antes de la salida de la convertibilidad, un litro de leche costaba 65 centavos. Esas tres monedas hoy, con suerte, alcanzan para un chicle. O tres caramelos.
Las monedas –con excepción de la de dos pesos, que década y media atrás no existía– son las mismas, y conviven con exactamente las mismas denominaciones de billetes con las que se maneja el conjunto de la economía.
Pero un salario promedio en Córdoba, que en 2001 era de 630 pesos, hoy es de 7.200. El litro de leche roza los nueve pesos y lo seguimos pagando con los mismos billetes.
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