El lugar donde aparecieron los restos oseos es jurisdicción del Tercer Cuerpo de Ejército y, como tal, ámbito militar, aunque no es para nada complicado acceder y es habitado por algunos pobladores, que se dedican a tareas rurales.
De hecho, es habitualmente recorrido por ciclistas y caminantes que aprovechan los diferentes senderos del extenso terreno del Tercer Cuerpo para sus recorridas. Para los que practican mountain bike, es lugar de paso para subir al cerro La Ochoa, donde están las antenas.
Cerca de los hornos donde se encontraron los restos en predios del Tercer Cuerpo, hay lujosas residencias abandonadas. Hay pobladores que viven en viviendas precarias. Los senderos son utilizados por gente que los recorre en bici y caminando.
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